Que es la revolucion industrial

Cuarta revolución industrial
Los avances técnicos también cambian la forma en que los seres humanos producen cosas. El paso a la tecnología de producción, completamente diferente del pasado, también se denomina revolución industrial. Las nuevas tecnologías de producción cambiaron fundamentalmente las condiciones de trabajo y el estilo de vida de las personas. ¿Qué fueron las revoluciones industriales y dónde nos encontramos ahora? "De la Primera Revolución Industrial a la Industria 4.0
La Primera Revolución Industrial comenzó en el siglo XVIII con el uso de la energía de vapor y la mecanización de la producción. Lo que antes producía hilos en simples ruecas, la versión mecanizada conseguía ocho veces más volumen en el mismo tiempo. La energía del vapor ya era conocida. Su uso con fines industriales fue el mayor avance para aumentar la productividad humana. En lugar de telares accionados por los músculos, se utilizaron motores de vapor. Desarrollos como el barco de vapor o (unos 100 años más tarde) la locomotora de vapor provocaron nuevos cambios masivos, ya que los seres humanos y las mercancías podían desplazarse grandes distancias en menos horas.
¿En qué consistió la Revolución Industrial?
La Revolución Industrial fue la transición de la creación de bienes a mano a la utilización de máquinas. Su inicio y fin son objeto de amplio debate entre los estudiosos, pero en general el periodo abarcó desde 1760 hasta 1840.
¿Qué es la Revolución Industrial en palabras sencillas?
Revolución industrial, en la historia moderna, proceso de cambio de una economía agraria y artesanal a otra dominada por la industria y la fabricación mecánica. Estos cambios tecnológicos introdujeron nuevas formas de trabajo y de vida y transformaron radicalmente la sociedad.
Tercera revolución industrial
La Revolución Industrial fue un periodo de gran mecanización e innovación que comenzó en Gran Bretaña a mediados del siglo XVIII y principios del XIX y se extendió después por gran parte del mundo. La Revolución Industrial británica estuvo dominada por la explotación del carbón y el hierro.
La Revolución Industrial estadounidense, a veces denominada Segunda Revolución Industrial, comenzó en la década de 1870 y continuó hasta la Segunda Guerra Mundial. En esta época se mecanizaron la agricultura y la industria y se introdujeron nuevos medios de transporte, como los barcos de vapor, el automóvil y los aviones.
Aunque la Revolución Industrial se produjo hace aproximadamente 200 años, es un periodo que dejó un profundo impacto en la forma de vida de las personas y en el funcionamiento de las empresas. Podría decirse que los sistemas fabriles desarrollados durante la Revolución Industrial son responsables de la creación del capitalismo y de las ciudades modernas de hoy.
Antes de este periodo, la mayoría de los hogares se ganaban la vida con la agricultura y vivían principalmente en pequeñas comunidades rurales. Con la llegada de las fábricas en el siglo XVIII, la gente empezó a trabajar por primera vez para empresas situadas en zonas urbanas. A menudo los salarios eran bajos y las condiciones duras. Sin embargo, el trabajo en esas empresas seguía siendo mejor que la agricultura.
¿Cuándo comenzó la revolución industrial en Gran Bretaña?
La Revolución Industrial fue la transición a nuevos procesos de fabricación en Gran Bretaña, Europa continental y Estados Unidos, que se produjo durante el periodo comprendido entre 1760 y 1820-1840 aproximadamente[1]. Esta transición incluyó el paso de métodos de producción manuales a máquinas; nuevos procesos de fabricación química y de producción de hierro; el uso creciente de la energía hidráulica y la energía de vapor; el desarrollo de máquinas-herramienta; y el auge del sistema de fábricas mecanizadas. La producción aumentó enormemente, y el resultado fue un aumento sin precedentes de la población y de la tasa de crecimiento demográfico. La industria textil fue la primera en utilizar métodos de producción modernos,[2]: 40 y el textil se convirtió en la industria dominante en términos de empleo, valor de la producción y capital invertido.
La Revolución Industrial comenzó en Gran Bretaña, y muchas de las innovaciones tecnológicas y arquitectónicas fueron de origen británico[3][4]. A mediados del siglo XVIII, Gran Bretaña era la principal nación comercial del mundo[5], y controlaba un imperio comercial global con colonias en Norteamérica y el Caribe. Gran Bretaña tenía una importante hegemonía militar y política en el subcontinente indio; en particular con la protoindustrializada Bengala mogol, a través de las actividades de la Compañía de las Indias Orientales[6][7][8][9]. El desarrollo del comercio y el auge de las empresas fueron algunas de las principales causas de la Revolución Industrial[2]: 15
La revolución industrial y sus consecuencias
Antes de 1760, los bienes eran producidos principalmente por individuos que utilizaban herramientas. Por ejemplo, un zapatero fabricaba zapatos con sus manos y herramientas sencillas. Un tejedor tejía hilos en un telar que manipulaba con las manos. Sin embargo, la mayoría de la gente trabajaba en granjas, y la riqueza estaba determinada por la cantidad de tierra que poseía una persona.
A finales del siglo XVIII, inventos británicos como la máquina de vapor, la máquina de agua y el telar mecánico permitieron producir bienes más rápidamente a máquina que a mano. Estos inventos condujeron a la creación de fábricas en las que los obreros manejaban la maquinaria en lugar de fabricar ellos mismos los productos. Además, los barcos y trenes de vapor permitían transportar alimentos y mercancías con mayor rapidez.
La Revolución Industrial llevó a la gente a trasladarse de las granjas a las ciudades, donde podían trabajar en fábricas y había más alimentos disponibles para comprar. Muchas personas ya no tenían que cultivar sus propios alimentos y fabricar sus propios productos para sobrevivir. Podían trabajar en una máquina a cambio de un sueldo y utilizarlo para comprar lo que necesitaban. El sistema de fábricas permitía fabricar bienes tan rápidamente que los países tenían excedentes y podían comerciar entre sí.